Por José Valdés:
Estudios recientes han asociado la carencia de vitamina D con un incremento en la grasa y el índice de masa corporal, factores que determinan el sobrepeso y la obesidad.
Según señalan, las personas con menos vitamina D en la sangre tienden a acumular grasa alrededor del abdomen y aumentan más rápido de peso. Anteriormente, la deficiencia de vitamina D se ha asociado con Osteoporosis y Diabetes, pero ahora es considerada una aliada clave en la lucha contra el sobrepeso.
Un estudio del Tufts-New England Medical Center indica que niveles bajos de vitamina D pueden elevar el riesgo de contraer diabetes tipo 2 hasta en 46 por ciento.
De manera que si quieres bajar de peso, procura incorporar vitamina D a tu dieta, ya sea en productos que la contienen, suplementos alimenticios, o, aún mejor, saliendo a la calle.
Es importante saber que los protectores solares y la ropa inhiben la producción de vitamina D. Según la naturópata Pip Waller, es posible que la exposición indirecta sea más peligrosa que la directa, y los lugares donde más protectores solares se usan son los que tienen mayor índice de cáncer de piel. De modo que considera una exposición moderada al sol, una vez al día, no más de 20 minutos.
Si tienes o crees tener alguna condición física que pueda ser afectada por esta exposición o si vives en un lugar donde la capa de ozono esté dañada, evita esta exposición y consulta con tu médico sobre la mejor manera de incorporar vitamina D a tu dieta.
La vitamina D, aunque presente en algunos alimentos, es producida en la piel mediante la exposición solar. Es una de las pocas vitaminas que se producen en el cuerpo —la vitamina K se produce en los intestinos; el resto debe ser adquirido a través de los alimentos—.
Es una vitamina soluble en grasa, por lo que el cuerpo puede tener reservas de la misma. Su principal función es ayudar a formar y mantener en buen estado huesos y dientes, mejora la absorción de calcio y su fijación en la estructura ósea.
Se le vincula con la prevención de diversas enfermedades, entre las que destacan osteoporosis y diabetes. También se cree que previene ciertos tipos de cáncer, aumenta la inmunidad y evita dolores de espalda.
Está presente en el aceite de hígado de bacalao y otros pescados, como el salmón y el arenque. También se suele adicionar a lácteos y cereales, pero aun consumiendo grandes cantidades de ellos,el cuerpo la absorbe casi en su totalidad de la piel, por lo que recibir el sol, en cantidades moderadas, es la mejor manera de consumirla.
La teoría de que la vitamina D ayuda a bajar de peso es cuestionable. Las mediciones se realizan en la sangre, pero esta vitamina es soluble en grasa. Es posible que las personas que tienen mayor grasa corporal tengan tendencia a alojar mayor cantidad de vitamina D en sus zonas adiposas y en consecuencia los exámenes arrojen bajos contenidos de ésta. Es decir, que el sobrepeso sea la causa del déficit de vitamina D y no que el déficit de vitamina D sea la causa del sobrepeso.
Otra razón para cuestionar este postulado es que la exposición solar está asociada con actividades al aire libre. Una persona que tenga menos vitamina D, es posible que sea más sedentaria que una que tenga altos contenidos de vitamina D, pase más tiempo al aire libre y en consecuencia tenga un mejor desarrollo social y una mejor salud. Así, falta de vitamina D y aumento de peso serían una consecuencia de la falta de actividades al aire libre, que es la mejor forma de ejercitarse y de mantenerse sano.